El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos actualizó sus directrices sobre la detección de sífilis durante el embarazo en respuesta a un aumento significativo de los casos de sífilis congénita. Las recomendaciones aconsejan que todas las mujeres embarazadas deben hacerse pruebas de sífilis tres veces: en la primera visita prenatal, durante el tercer trimestre y en el momento del parto. Esto marca un cambio con respecto a la guía anterior, que sugería pruebas en el tercer trimestre solo para aquellas personas con alto riesgo.
El aumento de las pruebas de detección es crucial debido al alarmante crecimiento de los casos de sífilis congénita, que han aumentado en 755% de 2012 a 2021. La sífilis durante el embarazo puede provocar complicaciones graves, como abortos espontáneos, muerte fetal y problemas de salud importantes para el recién nacido.